martes, 23 de mayo de 2017

Sentidos alterados — Mónica Marchesky -seud.- (Uruguay)


Por Mónica Marchesky -seud.- (Uruguay)
Ilustración: Telephonoscope (1883), Albert Robida (Francia)

Una angustia inexplicable lo atrapó justo en el momento que terminaba el diseño molecular del VR16, un aislante que tenía la cualidad de reconstituirse. El mismo sería utilizado para proteger los parches delanteros de las ruedas de los vehículos, actualmente vandalizados. Tenían un sistema de flotación muy costoso que vendido en el mercado negro, era el negocio de los deslizadores y de ladrones tecnológicos de todo lo que se mantenía suspendido.
Silencio, oscuridad total y el olor a humedad de las paredes de la casa de 25 de Mayo 678, escondido debajo de la cama, las baldosas frías pegándose a su piel. Sabía que ese era el último recuerdo que saltaba antes de ser borrada su memoria inmediata. La utilización de humanos modificados genéticamente era un recurso muy apreciado por las corporaciones que trataban de resguardar sus fórmulas de materiales creados en laboratorio. Cada vez que se llegaba a un nuevo material, más resistente y comercializable, los técnicos que habían estado en el proyecto, debían de pasar por un “puesta a punto”.
Los movimientos que realizaba, eran repelido por minúsculas cucarachas electrónicas que lo mantenían prisionero como en una red. No podía asociar una idea, pero lo dominaba la euforia neurotransmisora de la adrenalina. Un frío de muerte le invadió el cerebro. Ya había pasado por esto otras veces, entonces, abandonó su resistencia y dejó que los pequeños monstruos trabajaran.
En un instante las cucarachas metálicas lo liberaron y se encontró solo, en una habitación muy clara. Los elementos que lo rodeaban, se habían retraído hacia las paredes, piso y techo.
 Las pocas imágenes que habían surgido, se fueron tan rápidamente como llegaron.  Sintió cómo las redes neuronales se comunicaban, tratando de buscarse, de conectarse, de sobrevivir en su cabeza.
Primero fue la asociación de palabras a imágenes, luego el reconocimiento de distintos lenguajes. Sintetizó y comprendió los algoritmos de análisis de fotografías, diagramas y videos, memorizó las técnicas para el despliegue visual de información cuantitativa y estructurada.
En la sala de recuperación encontró su ropa, se miró al espejo de cuerpo entero y si bien conservaba buena musculatura, sus ojos denunciaban cansancio. Luego de vestirse, se colocó la gabardina negra que se le adhería al cuerpo y era su sello distintivo y salió a la noche.

La calle era un mar de coches suspendidos a una altura de un metro sobre el nivel de la vía. Una leve llovizna caía como una cortina impenetrable. Muchas luces de neón abrazaban un crepúsculo azul—rojizo. Algunos coches llevaban “enganchados” por cables
a jóvenes en patinetas. Esto era todo un problema para los automovilistas. Las bandas urbanas utilizaban este método para robar el material de las ruedas delanteras de los vehículos, que mantenían el equilibrio. Drive metió las manos en los bolsillos de la gabardina y encontró un plástico holográfico con una invitación a un evento. Rasgos asiáticos le proponían una velada inolvidable en el “Pavo Verde”.

Recordó a Nanette, una prostituta de unos treinta años, como él,  que había conocido hacía algunas noches en un bar. Buscó el luminoso y lo divisó entre un mar de avisos de refrescos energizantes. Un par de gorilas musculosos estaban en la puerta, mostró su invitación y sin mirarlos, entró. El lugar era de una altura incalculable, las gradas se elevaban como escaleras hacia el techo, en forma de cola de pavo real y allá arriba, sobre un pedestal, estaba la mujer, con un vestido blanco ajustado al cuerpo y salpicado de rosas rojas. Un tocado de plumas blancas y verdes, artificiales, coronaban la cabeza castaña de cabellos sueltos hasta la cintura. Toda ella era una especie de muñeca que se mantenía tiesa sobre unos treinta metros. Allá abajo y a su alrededor, la multitud en silencio escuchaba su voz de pájaro herido. Toda la escena bañada en luces difusas, hacía el ambiente irreal, como si los espectadores fueran un cementerio de almas amontonadas y grises a la espera de la salvación. En pocos minutos, la música melancólica, dio paso a un ritmo electrónico y las rosas del vestido, saltaron hacia la multitud. Los hombres comenzaron una lucha por atrapar las rosas ya que en realidad eran la última versión de Nanette que ajustadas a sus relojes electrónicos, los harían vivir una experiencia sexual inolvidable. El emisor transmitía una sola vez y luego se desintegraba, pero valía la pena entrar en una trifulca por un acto sexual virtual con una puta asiática.
Salió nuevamente a la calle, sin su rosa. Los luminosos emitían sonidos en distintas frecuencias. Hombres morenos abrazaban a imberbes adolescentes, promocionando una fragancia de abeja transgénica de color dorado. Seres andróginos y albinos manifestaban con gestos que el salmón de la india era el mejor afrodisíaco. Mujeres latinas, de anchas caderas y enormes senos eran ridiculizadas, como yeguas al matadero, en una orden de mal gusto. En contraposición hacían su entrada mujeres lampiñas, de una languidez increíble y estúpida mirada provocadora. Translúcidas de tan blancas, la boca pintada de rojo intenso, hacía que los hombres deliraran como una fruta jugosa donde colocar su humanidad. Los sentidos eran excitados al límite a través de los luminosos, despidiendo aromas afrodisíacos, y sonidos subliminales. Todo este festín, agregados los roces electrónicos entre los coches y los piquetes de los enganches, le pegaron  en el estómago. No podía acostumbrarse a la contaminación sonora. Se colocó sus protectores auditivos y visuales. Era una experiencia distinta, el hueco de los luminosos, ahora grises se multiplicaba en la calle como nichos de muerte. Mientras en las pequeñas aceras, la especie humana, como una masa silenciosa, discurría su vida conectada a mundos mediáticos…
Recorrió un trecho antes de llamar desde el teclado incrustado en su brazo a Tjor, su gemelo, reconocido por su musculatura y una voz profunda. Tjor estaba embarcado en un proyecto de robo de tecnología industrial del futuro. Quedaron de verse en el bar de siempre. Había salido hacía unos días de una misión y no se encontraba muy bien. Andaba errático, malhumorado, irritable, pero aceptó verse con él. Desactivó su bloqueo sonoro y visual ya que dentro del bar no era necesario. Además, el ambiente era un antro en el que Drive se sentía muy a gusto. Fumadores de distintas hierbas se aislaban en cubículos de vidrio con una boca que se abría hacia el techo a cielo abierto. Parecían inmersos en nubes, conversando animadamente, absorbiendo cada uno su propia medicina. Marihuana,  Fenciclidina, Éxtasis, Mescalina, Lsd se visualizaba en la puerta de cada elemento aislante.
Tjor se sentó a su lado en la barra de madera protegida por un polímero sintético, lo miró a través de la franja espejada detrás del barman.  
—¿Cómo te sientes? –preguntó Drive
—Como si me hubieran incrustado agujas en el cerebro –contestó Tjor y ¿tu? Supe que estabas en laboratorio de diseño.
—¡Eufórico! como si hubiera ingerido una gran dosis de droga alucinógena.
—Es natural, después de la “puesta a punto” –contestó Tjor sin mirarlo.
—Sí, no me acostumbro –dijo Drive a la vez que un golpe de imágenes lo asaltó. Se sintió flotar y reconoció la tarde de un día cualquiera en un pueblo cualquiera. Recordó la cara ingenua de una adolescente y el fervor de las hormonas fluyendo a borbotones, derramándose en el interior de un coche, mientras un atardecer rojo furioso lograba insertarse entre sus ojos hasta desaparecer. –Tengo recuerdos— agregó.
—Yo también, pero los míos son con las malditas placas cerámicas superconductoras industriales, me transportan a una experiencia virtual, donde los sentidos están alterados en forma sintética.
—Mis recuerdos están mezclados no los reconozco –dijo Drive dubitativo— de una invasión alienígena…—agregó.
—Me encuentro con una maquinaria extraña que me recorre con sus garfios fríos y metálicos, hasta que comienza a incrustarme en la carne, agujas y es cuando el grito me traslada de nuevo a mi punto de origen –dice Tjor.
—Los alienígenas son seres de aspecto terrorífico, sin ojos, con grandes garras y una cola como pivote. Con una descarga eléctrica de esa cola puede quemarte las entrañas. No tienen piel como la nuestra, son como escamas que forman una capa protectora. Las escamas se comportan de forma increíble ante un láser, se funden, se aglomeran en colonias –siguió Drive en soliloquio.
—La experiencia me resulta excitante,  entonces mi curiosidad me lleva a utilizar otra vez las malditas placas; pero en la última incursión, la máquina me plantó órganos y dispositivos electrónicos, transformándome en un miserable cybor, híbrido con poderes especiales. No puedo hacer más una vida normal Drive…los dispositivos son muy adelantados para la época en que vivimos y tengo un conflicto temporal que no puedo resolver.
—Puede que en algún momento te alcance una actualización de diseño de las placas.
—los órganos implantados son como carbones, no funcionan en este ambiente. En algunos espacios cuánticos se pueden ajustar, pero…
—Los alienígenas –continúa Drive retomando su pensamiento— se reproducen a través de huevos ciliados y una campana que utilizan para trasladarse como un gran pulmón que los impulsa –sigue, cada vez más animado—. Quiere escupir todo aquello, sacárselo de encima.
—Pueden ser imágenes basura –acota Tjor, sin interés, bebiendo su copa verde humeante.
—El pulmón impulsor se transforma luego en cerebro, los cilios en prolongaciones eléctricas que terminan en su cola y el huevo es el cuerpo, su transformación es tan rápida que no me deja lugar a dudas que son colonizadores.
—¿Cuánto tiempo hace que estás con los diseños de materiales? –Pregunta Tjor. Me han comentado que los recuerdos que insertan las máquinas son aleatorios, puede que ni te pertenezcan, que sean sacados de la base de datos global.
—Creo que ya es hora de retirarme, me ha quedado demasiada basura sin barrer. Los autómatas no están haciendo bien su trabajo. Además, me han instalado la actualización RB5 y me han dado un instructivo por si me asalta la idea de auto— eliminarme. Drive apuró su trago azul, donde se manifestaban imágenes de galaxias.
—Nunca estuve con los diseños de materiales, lo que te puedo decir es que estos viajes hacia el futuro me están contaminando. Tal vez me encuentre con tus        alienígenas –bromeó Tjor.
Siguieron un rato más vaciándose de fantasmas, uno eufórico, otro deprimido; habían nacido de ambientes incubados, fecundados por un mismo cigoto, por lo que todos esos recuerdos, sin duda no les pertenecían. ¿O sí? Se reconocían idénticos, pero no se sabían hermanos. Luego, se fueron cada uno por su lado, sin saludarse, tal vez se encontraran otra vez, tal vez no.
Al ingresar a su vivienda, y pasar por el reconocimiento facial, se encendieron automáticamente en las paredes, avisos de productos salidos al mercado en las últimas horas. Un informante se debatía entre dos noticias: un terremoto que había arrasado las costas de Sudáfrica y una asonada con bombas químicas en Medio Oriente. Ya ni se sabía por qué motivo se enfrentaban en esa zona, pero el conflicto seguía en un interminable y grotesco evento aparatoso. Las grandes potencias se habían retirado de la zona de conflicto hacía ya mucho tiempo, aislándola, pero aún se seguían emitiendo noticias al respecto. Se dirigió directamente a la sala de protección. Era imposible desconectar los elementos electrónicos. Había toda una industria para burlar a las cámaras, a las pantallas, a los micrófonos y autómatas que se habían metido en las casas. Drive, como la mayoría, se había hecho construir un espacio libre de sonidos y de ojos vigilantes. Estaba prohibido salirse del sistema, pero con software que mantenía atento a las cámaras, estaba seguro de tener la tranquilidad que necesitaba. Se había desarrollado una fiebre por verlo todo, por controlar lo que todos hacían: dónde iban, que comían, a qué velocidad debían conducir, si caminaban o corrían, que ropa usaban. La sociedad opresiva no dejaba más que transitar por caminos ilegales. Robos y asesinatos siguieron existiendo, con distintas modalidades y recursos. Sin duda era la adaptación al hábitat la que los mantenía vivos.
En su zona de confort, Drive se preparó algo de comer, envasado como casi todo lo que se consumía. Los alimentos transgénicos dominaban el mercado. Drive había nacido en ese ambiente, no conoció el “natural” que esgrimían los archivos antiguos. Se había discontinuado el software que detectaba la secuencia natural del ADN de los productos, ya no era necesario, la secuencia “implantada” era ahora la “natural”.
Pensó en una mujer y un niño que lo estaban esperando en casa. (Aunque sabía que esos recuerdos no le pertenecían, ya que los había comprado a bajo precio en el mercado negro latinoamericano, se habían transformado en propios). Pronto terminaría el trabajo “extra” por el que había sido contratado por dos años. Era mucho tiempo fuera de casa. Uruguay era un lugar muy lejano a este EURSS, que se había creado luego de la unificación de Estados Unidos y Rusia.
La última vez que vio a Tjor se tambaleaba como ebrio y no lo reconoció. Su rostro era mitad máquina, mitad sintético. Sus manos eran muñones con agujeros, como la boca de una metralla.
Después de unos días de descanso, Drive fue llamado nuevamente al centro de diseño. Su implante con una inteligencia superior, fue activado. Esta vez el material a diseñar, era una forma de escudo, como escamas azules que se superponían unas a otras. El proyecto le fue presentado en forma holográfica, querían hacerlo más resistente al que se tenía actualmente, pero Drive, a través de sus visiones y recuerdos implantados ya tenía parte del trabajo desarrollado.         
Un coche lo recogió en la puerta, no había dormido bien la noche anterior. En la grabación de su familia, pasada una y otra vez, había algo distinto. Pensó que la última actualización no era la correcta, porque al terminar de compartir con ellos una mañana de verano en el jardín, junto al lago, como tantas otras veces; se hizo oír de pronto el canto de un pájaro que no había escuchado antes. Era un sonido monótono y repetitivo, pero no desagradable.
Su implante con una inteligencia superior, le fue activado. Esta vez el material a diseñar, era una forma de escudo, como escamas azules que se superponían unas a otras. El proyecto le fue presentado en forma holográfica, querían hacerlo más resistente al que se tenía actualmente, pero Drive, a través de sus visiones y recuerdos implantados ya tenía parte del trabajo desarrollado.
La sesión de diseño fue agotadora, apenas pudo dormir en tres días unos pocos minutos. Los escudos resultaron lo que se esperaba y pasó a la habitación de “puesta a punto”, como siempre, como desde que tenía razón de sí mismo. Solo que esta vez las cucarachas no lograron borrar las fórmulas, las conexiones, los materiales desarrollados seguían en su cabeza luego de que se encontrara debajo de la cama de la casa húmeda de la calle 25 de Mayo 678. Ese siempre había sido su último recuerdo, pero esta vez, todo seguía allí, como seguía en su cabeza el canto del pájaro con su código. Al salir a la calle, no llovía, una niebla era partícipe de su desconcierto. No llamó a Tjor, sabía que sería inútil. Se paseó entre la gente, se dejó arrastrar por la masa babeante que se derretía ante sus visores de colores. Llegó al bar de siempre, pidió su trago azul, como siempre, se detuvo a observar a su alrededor, todo aparentemente seguía allí.
En un momento se le acercó un hombre esmirriado y con lentes casi invisibles, conectado a la red y le extendió un auricular. Se solía compartir todo tipo de información con desconocidos, era natural, la red era muy amplia y libre, así que Drive se colocó el auricular a su oreja derecha y entonces el código del pájaro se hizo sentir, esta vez con más intensidad y se desplegaron ante sus ojos los recuerdos de la última sesión de diseño. Vio cómo los seres ciliados y sin ojos lo manipulaban, lo conectaban a máquinas y tubos que nunca, luego de la “puesta a punto”, había recordado. Eran los seres colonizadores de sus visiones, eran los alienígenas que había visto en sueños, los mismos que necesitaban un escudo más fuerte para sus trajes. Al instante otro hombre, también esmirriado, pero más joven se le colocó a su lado y entre los dos hombres le dijeron: Bienvenido a “Nostromo”, somos la resistencia —agregaron.


Sobre la autora:
Mónica Suárez Marchesky (Salto, Uruguay) Poeta, novelista y ensayista. Se la
vincula al Grupo Surrealista del Río de la Plata. Co—fundadora del Grupo Fantástico de Montevideo. Fundadora de 11/12/13 – Colectivo Surrealista de Uruguay. Un cuento gótico se su autoría fue publicado en: III Premi Literari de Constantí – Narrativa Breu. (Tarragona— España)(2005) Participó en el festival de cuento breve del Centro Toluqueño de Escritores de México y varios de sus trabajos fueron recogidos en la antología: “Los mil y un insomnios”. Primer premio ensayo “En nombre de los pájaros” Primer premio cuento “El hombre musgo” en concurso Dr. Alberto Manini Ríos. Mención con publicación del cuento “Flores Exóticas” (2007) en el Primer Concurso Nacional de Cuentos: Paco Espínola, organizado por la Biblioteca Nacional y Radio Difusión Sodre. Mención con publicación en 6to concurso de minicuentos de Antel (2012), convocados por la Biblioteca Nacional y La Máquina de Pensar. Publica desde 2013 a la fecha, cuentos de ciencia ficción en antología: Ruido Blanco, cuentos de ciencia ficción de autores uruguayos.

Sobre el ilustrador:
Albert Robida (Compiègne, 14 de marzo de 1848 - Neuilly-sur-Seine, 11 de octubre de 1926), fue dibujante, litógrafo, grabador, caricaturista, periodista y novelista francés.

https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Robida 

sábado, 13 de mayo de 2017

Revista Digital miNatura 155 (Castellano e inglés)



El origen más antiguo que hemos podido rastrear del término científico loco se pierde en los turbios finales del siglo XIX y se le adjudica a un anónimo abogado de Newark.
Pero no nos detuvimos ahí, y descubrimos a Johann Georg Faust (Knittlingen, Alemania, 1480); mago, astrólogo y alquimista trashumante; del cual se dice le acompañaban dos mastines infernales (regalo del propio Lucifer), murió durante la explosión de su laboratorio en 1550. Este Faust (o Faustus del Latín “El Feliz”) inspiró a Goethe, quien le dio la solidez de mito universal.
El científico loco es un personaje marcado por la tragedia, despreciado por sus iguales y temido por la muchedumbre, siempre dispuestas a cargar con el fuego y la horca ante lo que no comprenden. Por ello quizá se refugia en viejos castillos entre tics e incontrolables ataques de risas histéricas. Temamos al Científico loco porque de él es el mundo del mañana.


Revista Digital miNatura Nº 155 Científicos locos
La Revista de los Breve y lo Fantástico
Asociación Cultural miNatura Soterrània
ISSN: 2340-977
Directores: Ricardo Acevedo Esplugas y Carmen Rosa Signes Urrea
Editor: Ricardo Acevedo Esplugas
Portada: Científicos locos / Rubén Paricio Font (España)
Contraportada: Threads_04 / Sergey Musin (Rusia)
Diseño de portada: Carmen Rosa Signes Urrea
Las colaboraciones deben ser enviadas a: minaturacu@yahoo.es


Sumario:
01/ Portada: Científicos locos / Rubén Paricio Font (España)
 02/ FrikiFrases
03/ Editorial
05/ Acta del jurado del IX Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2017
09/ XV Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miNatura 2017
13/ Póster: Alquimista / Francisco Lezcano Lezcano (España)
14/ Sumario
18/ Miedo, Mentiras y Tinta China: Locura transitoria situacional / Evandro Rubert (Brasil)

Cuentos:
19/ Esquizo / Salomé Guadalupe Ingelmo (España)
21/ Volverás a caminar / Tomás Pacheco Estrada (México)
22/ Remedio para el dolor de cabeza /Daniel Frini (Argentina)
23/ El moderno Prometeo / Carmen Rosa Signes Urrea (España)
25/ Frankenstein / Samir Karimo (Portugal)
26/ La ciudad del silencio / Pablo Martínez Burkett (Argentina)
28/ Un gran descubrimiento /  Diego Galán Ruiz (España)
29/ De carne y hueso /  Mari Carmen Caballero Álvarez (España)
31/ Odio a los científicos locos / Daniel Antokoletz (Argentina)
32/ Radio Doppler / Juan Pablo Noroña (Cuba / EE.UU.)
34/ Cuestión de género / Jaime Magnan Alabarce (Chile)
36/ Sueño / Dolo Espinosa —seud.— (España)
37/ Lo que le dijo el monstruo al Dr, Frankenstein / Daniel Frini (Argentina)
38/ El último hombre / Diego Galán Ruiz (España)
39/ Academia de Lagado / Amilcar Rodríguez Cal (Cuba)
41/ Primer grado / Jaime Magnan Alabarce (Chile)
43/ Proyecto / Dolo Espinosa —seud.— (España)
45/ Piedad / Alfredo Ojeda Torres (Chile)
46/ Génesis de una nueva cadena alimenticia /  Odilius Vlak —seud.— (República Dominicana)
48/ ¡Lo encontré!  / Daniel Frini (Argentina)
49/ Solucionado / Ricardo Manzanaro (España)
50/ El portal universal / Mª del Socorro Candelaria Zárate (México)
52/ Salvación / María Victoria Vázquez (Argentina)
54/ Descubrimientos científicos que se perdieron en la historia  / Daniel Frini (Argentina)
55/ La planta roja / Francisco José Segovia Ramos (España)
57/ El descuartizamiento del doctor Lee / Sebastián Ariel Fontanarrosa (Argentina)
59/ My i-artificial romance / Sarko Medina Hinojosa (Perú)
61/ Robótica dental / Daniel Abrego (México)
63/ Emigración atómica / Dan  Aragonz —seud.— (Chile)
65/ Desafío / Patricia J. Dorantes (México)
66/ Herencia  / Manuel Santamaría Barrios (España)
68/ La vacuna /Francisco José Segovia Ramos (España)
70/ Experimentos fallidos / Sarko Medina Hinojosa (Perú)
72/ Una idea / José María Marcos (Argentina)
74/ Tecnocracia para el pueblo / Tom Huertas Pedreros —seud.— (Colombia)
76/ La araña / Purificación García Martínez (España)
78/ De mayor quiero ser científico loco / Israel Santamaría Canales (España)
80/ Vaciado / Mary Cruz Paniagua (República Dominicana)
81/ Agujeros de gusano / Xuan Folguera (España)
83/ No estoy loco / Mar Roca Mercader (España)
85/ El elixir  / Lucas  Berruezo (Argentina)
87/ El Prometeo renacentista / Iván Mayayo Martínez (España)
89/ Un gran tipo / Ariel Carlos Delgado (Colombia)
90/ Libro viviente / Pedro Luis Ibáñez Lérida (España)
92/ Dejé escapar a los cobayos / Horacio Botta (Uruguay)

Poesía:
94/ Él / Laura Izamar Velarde Garcilazo (México)
96/ El amputado / Lucía Pradillos Luque (España)

Artículo:
99/ Científicos locos y experimentos malditos / Tomás Pacheco Estrada (México)
105/ Científicos locos reales / Hernán Darío Grísales Ovíedo (Colombia)
116/ Nikola Tesla, de genio real a ‘mad doctor’ en la ficción / José Manuel Puyana (España)

Humor:
126/ Científico loco / Ariel Carlos Delgado (Colombia)
127/ Dr. Diaboliquillus / Manuel Santamaría Barrios (España)
128/ La Biblioteca del Nostromo: Korad; Letras y Demonios; Sobre los nerds y otras criaturas mitológicas (Guantanamera); Fragmentos de la tierra rota (Sportula); Fragmentos de terror; Ray Bradbury en el umbral de la eternidad (Samarcanda).
138/ Sobre los Escritores e Ilustradores
156/ Sobre las Ilustraciones
157/ Contraportada: Threads_04 / Sergey Musin (Rusia)


Sobre las ilustraciones:
Pág. 01 Científico loco / Rubén Paricio Font (España)
Pág. 13 El alquimista / Francisco Lezcano Lezcano (España)
Pág. 18 Fear, Lies & China Ink: Situational temporary insanity / Evandro Rubert (Brasil)
Pág. 19 S.t. / Glen Collins (EE.UU.)
Pág. 32 Tigrine / Yailín Pérez Zamora (Cuba)
Pág. 98 Obituario Darwin / Thierry Torres Rubio (Francia)
Pág. 126 Mad Scientist / Ariel Carlos Delgado (Colombia)
Pág. 127 Dr. Diaboliquillus / Manuel Santamaría Barrios (España)
Pág. 157 Threads_04 / Sergey Musin (Rusia)

Y en el próximo número:
Splatterpunk
(Hasta el 1º de junio)







The earliest origin we have been able to trace from the crazy scientific term is lost in the murky late nineteenth century and is awarded to an anonymous Newark lawyer.
But we did not stop there, and we discovered Johann Georg Faust (Knittlingen, Germany, 1480); Wandering astrologer, astrologer and alchemist; Of which he is said to have been accompanied by two infernal mastiffs (a gift from Lucifer himself), died during the explosion of his laboratory in 1550. This Faust (or Faustus of Latin "El Feliz") inspired Goethe, who gave him the solidity of a universal myth.
The mad scientist is a character marked by tragedy, despised by his peers and feared by the crowd, always ready to carry fire and gallows to what they do not understand. For that reason perhaps it takes refuge in old castles between tics and uncontrollable attacks of hysterical laughter. Let's fear the mad scientist because of him is the world of tomorrow.


Revista digital miNatura 155 Dossier Mad Scientists
The magazine of the Brief and Fantastic
Asociación Cultural miNatura Soterranìa
ISSN: 2340-977
Directors: Ricardo Acevedo Esplugas y Carmen Rosa Signes Urrea
Editor: Ricardo Acevedo Esplugas
Main cover: Científicos locos / Rubén Paricio Font (Spain)
Back cover: Threads_04 / Sergey Musin (Russia)
Cover design: Carmen Rosa Signes Urrea
Contributions should be sent to: minaturacu@yahoo.es


Summary:
01/ Cover: Científicos locos / Rubén Paricio Font (Spain)
02/ FrikiFrases
03/ Editorial
05/ Acta del jurado del IX Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2017
09/ XV Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miNatura 2017
13/ Poster: Alquimista / Francisco Lezcano Lezcano (Spain)
09/ Summary
16/ Fear, Lies & China Ink: Situational temporary insanity / Evandro Rubert (Brazil)

Stories:
17/ Schizo / Salomé Guadalupe Ingelmo (Spain)
19/ You will walk again / Tomás Pacheco Estrada (Mexico)
20/ Remedy for the headache / Daniel Frini (Argentina)
21/ The Modern Prometheus / Carmen Rosa Signes Urrea (Spain)
23/ Frankenstein / Samir Karimo (Portugal)
24/ The city of silence / Pablo Martínez Burkett (Argentina)
26/ A great Discovery / Diego Galán Ruiz (Spain)
27/ Of meat and bone / Mari Carmen Caballero Álvarez (Spain)
29/ I hate mad scientists / Daniel Antokoletz (Argentina)
30/ Radio Doppler / Juan Pablo Noroña (Cuba / USA)
32/ Gender question / Jaime Magnan Alabarce (Chile)
34/ Dreams / Dolo Espinosa —seud.— (Spain)
35/ What the monster said to Dr, Frankenstein / Daniel Frini (Argentina)
36/ The last man / Diego Galán Ruiz (Spain)
37/ Lagado Academy  / Amilcar Rodríguez Cal (Cuba)
38/ First grade / Jaime Magnan Alabarce (Chile)
40/ Project  / Dolo Espinosa —seud.— (Spain)
41/ Piety / Alfredo Ojeda Torres (Chile)
42/ The genesis of a new food chain / Odilius Vlak —seud.— (Dominican Republic)
44/ I found it! / Daniel Frini (Argentina)
45/ Solved / Ricardo Manzanaro (España)
46/ The universal portal / Mª del Socorro Candelaria Zárate (México)
48/ Salvation / María Victoria Vázquez (Argentina)
50/ Science discoveries lost in history / Daniel Frini (Argentina)

Article:
52/ Crazy scientists and damn experiments  / Tomás Pacheco Estrada (México)

Humor:
57/ Mad Scientist / Ariel Carlos Delgado (Colombia)
58/ Dr. Diaboliquillus / Manuel Santamaría Barrios (Spain)
59/ La Biblioteca del Nostromo: Korad; Letras y Demonios; Sobre los nerds y otras criaturas mitológicas (Guantanamera); Fragmentos de la tierra rota (Sportula); Fragmentos de terror; Ray Bradbury en el umbral de la eternidad (Samarcanda).
69/ About the Writers and Illustrators
78/ About illustrations
79/ Back cover: Threads_04 / Sergey Musin (Russia)


About illustrations:
Pag. 01 Científico loco / Rubén Paricio Font (Spain)
Pag. 13 El alquimista / Francisco Lezcano Lezcano (Spain)
Pag. 16 Fear, Lies & China Ink: Situational temporary insanity / Evandro Rubert (Brazil)
Pag. 17 S.t. / Glen Collins (USA)
Pag. 30 Tigrine / Yailín Pérez Zamora (Cuba)
Pag. 51 Obituario Darwin / Thierry Torres Rubio (France)
Pag. 57 Mad Scientist / Ariel Carlos Delgado (Colombia)
Pag. 58 Dr. Diaboliquillus / Manuel Santamaría Barrios (Spain)
Pag. 79 Threads_04 / Sergey Musin (Russia)


For the next issue:
SPLATTERPUNK
(Deadline: June, 1º)