Ducite ab urbe domum, mea carmina, ducite Daphnim.
Has herbas atque haec Ponto mihi lecta uenea
Ipse dedit Moeris (nascuntur pluruma Ponto);
His ego saepe lupum fieri et se condere siluis
Moerim, saepe animas imis excire sepulcris,
Égloga VIII, año 83 a.C., Virgilio.
esde
tiempos inmemoriales se conoce la admiración del hombre por el lobo, un cazador
–cómo él- que necesita del grupo para sobrevivir y posiblemente la primera
criatura domesticada por este. Los contactos entre el hombre y el lobo son más
fuertes y han dejada marcada nuestra forma de vida para siempre de ahí nuestra
obsesión por liberar ese lado salvaje y bestial que luego la moral y la
religión se ocultaron de encubrir. Esta en nuestro inconsciente la fusión con
esas bestias o con todas ellas que dan muestra de poder a esta obcecación se le
llama: Teriomorfismo[3]
Pero en este trabajo solo trataremos su vertiente más conocida: La Licantropía
cuyos primeros casos se citaban ya en La Epopeya de
Gilgamesh, donde el héroe recrimina a la veleidosa Ishtar –Diosa del Amor- por sus
múltiples amantes y por convertirlos a muchos en lobos.
Pero realmente el termino Licantropía (lykánthropos)[4] proviene del rey Licaón[5] un rey culto y religioso, muy
querido por su pueblo, al que ayudó a abandonar la vida salvaje que habían
llevado hasta entonces. Fundó la ciudad de Licosura, una de las más antiguas de
Grecia, y en ella erigió un altar a Zeus Licio. Pero su apasionada religiosidad
le llevó a realizar sacrificios humanos, lo que degeneró su posterior
metamorfosis. Ovidio afirma que llegó al punto de sacrificar a todos los
extranjeros que llegaban a su casa, violando la sagrada ley de la hospitalidad.
Enterado de esta aberración, Zeus
se hizo pasar por un peregrino y se hospedó en su palacio. Licaón se preparó
para asesinarle, pero alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse
antes de que el huésped no era un dios, como afirmaban sus temerosos súbditos.
Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo
sirvió a Zeus. Éste montó en cólera y transformó a Licaón en un lobo,
incendiando después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad.
El Licántropo puede llegar a serlo por tres motivos fundamentales:
n Al ser mordido (infectado) por
otro licántropo.
n Por castigo de los dioses (o
Dios), San Patricio convirtió lobo a un rey pagano que interrumpió su sermón.
n Por voluntad propia, como es el
caso de los Brujos Navajos capaces de desarrollar el yee naaldlooshii, una poderosa habilidad que le permite poseer el aspecto –o la forma-
de un animal, desarrollando el clizyati (mal en estado puro) y provocar
daño.
Javier Pauner |
En su Descripción de Grecia, Pausanias –historiador y
viajero griego del 400 a.C.- nos narra como ante miles de testigos presenciales
la espectacular transformación en lobo del atleta olímpico Damarcos durante los
sacrificios a Zeus celebrados durante las fiestas de Liceas (Lykaios, lobuno), un rito de paso entre la
juventud y la edad adulta[6].
Pero son los Escitas los primeros en mencionarlos –con cierto respeto y
terror- como una raza maldita: Los Neuri[7] -Según Herodoto- tuvieron que
migrar de su tierra de origen "una generación anterior al ataque del rey
persa, Darío I en el 512 a. C. por una invasión de serpientes." También
menciona un relato de los escitas que afirmaba que los Neuri se transformaban
en lobos una vez al año, aunque no daba crédito a tal afirmación. Posiblemente
era una referencia a los ritos chamánicos a los que se les asociaba.
Son muchos los pueblos[8] y ciudades que reclaman para si
la dudosa suerte de haber sido atacados por hombres-lobos, quizás el caso más
famoso sea la comunidad Alemana de Greifswald que una noche de
1640 se vio asediada por una horda de estos seres y fue defendida por un grupo
de estudiantes que sobrevivieron fundiendo todos los objetos de plata para
convertirlos en balas.
¿Cómo identificar a un hombre-lobo?
Los Hombres-lobo del folklore europeo[9] posee reveladores rasgos
físicos, incluso en su forma humana. Estos incluyeron la reunión de ambas cejas
en el puente de la nariz, las uñas curvadas, orejas de implantación baja y un
paso oscilante. Un método para identificar a un hombre lobo en su forma humana[10] consiste en cortar la carne del
acusado, bajo el pretexto de ver la piel se ve bajo la herida. Una superstición
rusa nos sugiere que pueden ser reconocidos por las cerdas debajo de la lengua.
La aparición de un hombre lobo en su forma animal varía de una cultura a otra,
aunque es más común que sean indistinguibles de los lobos normales salvo por el
hecho de que no tiene cola (un rasgo característico de las brujas pensado en
forma de animal), es a menudo más grandes, y mantiene los ojos humanos y la
voz. Según algunas versiones suecas, el hombre lobo puede ser diferenciado de
un lobo normal por el hecho de que corren sólo sobre tres patas, dejando la
cuarta para simular su cola. Después de volver a su forma humana, los hombres
lobo se vuelvan débiles, y sometidos a la depresión nerviosa muy dolorosa.
Wilhem Briceño |
El hombre-lobo según algunas tradiciones:
Vikacis: Los antiguos guerreros
–conocidos como pieles caminantes-
lituanos eran capaces de transformarse en monstruosos seres con forma de lobos
–que también podían ser benevolentes-.
Vulkodlaks: El hombre-lobo serbio
tradicional tiene como habito, congregarse anualmente durante los mese de
invierno, cuando cambian la piel. Tomando la piel de su compañero y quemándola
y de esta forma quedan libres de su maldición.
Je-rouges: El Haitiano je-rouges normalmente tratan de engañar a las madres para
que den a sus hijos de forma voluntaria por despertar en la noche y pidiendo su
permiso para llevar a su hijo, al que la madre sea desorientado puede responder
sí o no.
Bultungin (Traducido del
Kanuri –de la región del Lago Chad “Yo me transformo en una hiena”-): Es
una creencia tradicional que todo herrero etíope es brujo y por lo tanto tiene
el poder de transformarse en hiena –ya que los lobos no existen en África[11]-.
Garwolves: Descritos por primera ver en Bisclavert de Marie de France[12]. Muy pocos hombres pueden
convertirse en garwolves, y poseer su casa en el bosque
profundo. Un garwolf es una bestia salvaje, mientras
la furia que hay en él no cesa, come hombres.
Wendigo (también conocido como windigo,
windibum o witiko): Es una criatura[13] o espíritu propio de la
mitología de los indios algonquinos y otros grupos afines culturalmente, que se
supone habitaría en los bosques más septentrionales y profundos del continente
americano. Aparentemente es una personificación de la llamada atávica -y la
fascinación rayana en la locura- que los bosques profundos y la naturaleza más
salvaje provoca en los hombres y, en su faceta más oscura, un mito para
explicar la bestia en la que se puede convertir un ser humano cuando hace caso
de dicha llamada. Este mito podría estar relacionado con historias entre los
pueblos indios acerca de casos de canibalismo para sobrevivir a los duros
inviernos de estas duras zonas del continente.
Lobizón (por el nombre portugués:
lobis-homen): Luisito, Juicho, Luisón,
lubisonte,
luis rufino malo y luisón o Luisõ es el séptimo y último hijo varón de Tau y Keraná y uno de los
monstruos legendarios de la mitología guaraní. En Argentina y el Paraguay se
acostumbra desde el siglo XIX, que el Presidente de la Nación sea nombrado
"padrino" del séptimo hijo varón. Esta extraña costumbre se debió a
que los supersticiosos paisanos a veces sacrificaban a su séptimo hijo por el
terror que les provocaba la "posibilidad" de que les hubiera nacido
un lobizón.
Kachinawea:
Es un
espíritu guardián –en algunos casos de un chamán- dedicado a la protección de
tierras de nativos americanos. Cuando se manifiesta, aparece como un lobo
feroz, negro con ojos rojos y brillantes dientes blancos.
Como enemigos de los colonos y cualquiera que
oprimen a tierras de nativos americanos, son imparables. Un Kachinawea se
manifiesta y permanece parcialmente en el plano etéreo, donde no se incorpora.
Un Kachinawea ayuda a protegerlo de los enemigos en el plano material, pero no
contra enemigos en el plano etéreo. Rejuvenecimiento: Un Kachinawea destruidos
se restablecerá en las rondas de dos o cuatro generaciones. Incluso los
hechizos más poderosos son por lo general sólo soluciones temporales. Un
Kachinawea que de otro modo serían destruidos vuelve a sus viejos refugios con éxito.
Sólo puede ser permanentemente derrotado por el fantasma de un arma tótem
táctil y solo lo puede hacer por uno de sangre nativa americana.
David Puertas |
Por una vez arqueólogos y criptozoólogos se
aventuran en una hipótesis sobre la creencia persistente de que las historias
de hombres lobo se inspiran en los encuentros con animales reales. Esto es
apoyado por subfósiles restos hallados en Madagascar del gigante de los lémures
de suborden Strepsirrhini que se
extinguió poco después del asentamiento malayo-polinesio de la isla. Estos
marineros y exploradores patrocinados por Nekau II (dinastía XXVI) estaban en
contacto directo o indirecto con los centros comerciales en Egipto y otros
lugares que sin duda facilitan la propagación de las historias del hombre lobo.
La ciencia moderna ha intentado dar sus propias
respuestas a este fenómeno presentando casos afectados por la Hypertrichosis o Porphyria –incluso ataques masivos de rabia o histeria colectiva-
que perfectamente pueden responder muchas dudas en cuanto al desarrollo de esta
creencia nivel global y como todo parece indicar los casos más famosos -Peter
Stumpp (1589) o El Hombre-lobo de Chalons (1598) entre otros- bien indican
primitivos casos de asesinos en serie.
El hombre-lobo ha llegado al
siglo XXI en medio de una nube metrosexual y amanerada, pero la bestia no puede
ser domada, el desolador de pueblos nos observa –protegido por una niebla de
palomitas- cómodamente desde la última butaca de un cine de barrio.
[1] Publicado en La Imaginarios #13 http://www.issuu.com/imaginarios/docs/13imaginarios#download
[2] Traedme de la ciudad a casa, cantos míos, traedme a
Dafnis.
El mismo Meris me dio estas hierbas y estos venenos
recogidos en el Ponto (en el Ponto nacen muchos); yo vi, a menudo, que Meris se
convertía en lobo y se escondía e estas selvas que, a menudo, sacaba fuera a
las almas de sus profundos sepulcros y transportaba las míes producidas a otro
sitio.
[3] Del Griego antiguo therion, θηρίον, que significa
animal salvaje y anthrōpos, ἄνθρωπος, hombre. Padecimiento clínico que se cree
sufrió el Rey Nabucodonosor:
Y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias
del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete
tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio
en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. Daniel, capítulo 3.
[4]
Compuesto
por las palabras lyc- derivado de la raíz proto-Indo-Europea wlkwo-,
que significa lobo, denota la transformación de hombre en lobo.
aúlla y en vano hablar
intenta; de sí mismo
recaba su boca la rabia,
y el deseo de su acostumbrada matanza
usa contra los ganados, y
ahora también en la sangre se goza.
En vellos se vuelven sus
ropas, en patas sus brazos:
se hace lobo y conserva
las huellas de su vieja forma.
Metamorfosis (año 8 d.C.) de Ovidio
[6] Tales
transiciones son un constituyente esencial de la vida social, pues representan
un peligro potencial, y no se llevan a cabo de forma individual, sino que se
celebran de forma ritual y comunitaria. Uno de los ritos de paso más
característicos es la iniciación. Arnold van Gennep (1909).
Werwolf, Lucas Cranach der Ältere, 1512. |
[7] Los Neuri (latín neuri, griego neuroi) fue un
pueblo del norte de Europa que Herodoto situó entre Polonia y Lituania en la
región occidental del río Bug. Probablemente un remanente de las tribus
perdidas de Israel cuyos ancestros comunes fueron los fineses, samis y
estonios.
[8] En 1764 la remota región de Le Gévaudan
fue desolada por una feroz criatura que incluso obligo al rey de Francia a
enviar soldados. Finalmente la criatura fue abatida por Jean Chastel que uso
balas de plata. Su arma aún puede ser visitada en la iglesia rural.
[9] Al hombre-lobo escandinavo se le
representa con la apariencia de mujeres de edad, que poseen veneno recubiertos
con uñas y tenía la capacidad de paralizar el ganado y los niños con su mirada.
[10] Pablo de Egina nos describe en su Epitome, Hyponema o Memorandun (1528) describe la melancholia canina y la daemonium lupum (Siglo XIV) como una forma
no voluntaria de estas transformaciones..
[11] En La India creen que hombre muerto por un tigre puede regresar en
forma de un espíritu maléfico (Chang), sediento de sangre.
[12] Poetisa nacida en Isla de Francia (Francia en aquella época) que
vivió en Inglaterra a finales del siglo XII. No se sabe prácticamente nada de
su vida, aunque escribió en anglo-normando, una clase de lengua de oïl hablada
entre las élites de Inglaterra. Aunque los eruditos no conocen la identidad de
María de Francia, el nombre se ha deducido de una de sus obras: «Marie ai nun,
si sui de France...» (en español, «Mi nombre es María, y soy de Francia...»).
Fue la primera poetisa en lengua francesa, y sus obras son una de las primeras
muestras del amor cortés en la literatura.
[13] En el famoso cuento de Algernon Blackwood titulado El Wendigo
(1909), aparece como un ser temido por los indígenas de los bosques del norte
de América, comedor de musgo y no de humanos. Personifica la llamada atávica de
la naturaleza al animal que supuestamente llevamos todos dentro, ya que sus
víctimas oyen una voz que les llama, y como hechizadas, inician una alocada
carrera que les conduce a lo más profundo de las selvas boscosas del Gran Norte
a gran velocidad (y altura), quemándose sus pies (que se convierten en garras)
y sangrando sus ojos.
Ricardo, magnífico artículo, completo y que va más allá, mucho más allá, de nuestro conocimiento grecolatino sobre el tema. Una delicia.
ResponderEliminarEso sí, seguro que hay un par de detalles sobre ellos que desconoces:
http://cazadoresdeintervalos.blogspot.com.es/2012/01/bodas-de-plata.html
http://cazadoresdeintervalos.blogspot.com.es/2011/12/monstruos-biografia-no-autorizada-4.html
Saludotes
Muchas gracias Manuel, seguro que me dejé muchas cosas en el tintero, gracias por los datos. Como es un tema que me apasiona, quizá lo retome más adelante.
ResponderEliminarSaludos
Ricardo