martes, 28 de febrero de 2012

¿Alerta Pandémica?: Una entrevista a José Manuel Echevarría

José Manuel Echevarría













Por Ricardo Acevedo Esplugas

1.      Tengo entendido que la entomología es una de tus grandes pasiones. ¿Ha influenciado ella de alguna forma en tu literatura?
Interesarme por los insectos ha sido y es para mí una forma especialmente instructiva de acercarme al fenómeno de la Vida, no en vano se cuentan entre los animales más antiguos que habitan hoy día nuestro planeta. Comprender ese fenómeno es esencial para el conocimiento de uno mismo y para la comprensión de la naturaleza humana, y pienso que ambas cosas son muy importantes para cualquier escritor. En ese sentido, puede decirse que la entomología sí ha influido en mis obras literarias. No es casualidad, por lo demás, que uno de los personajes protagonistas de mi primera novela se dedicase, precisamente, a la entomología.

2.      ¿Alerta pandémica? es tu segunda novela, ¿tiene alguna relación con Amaroncachi, el agua de la anaconda (Meteora, 2007)?
En primer lugar, yo me dedico profesionalmente a la virología, y la primera coincidencia entre ambas novelas es el tener a los virus como protagonistas principales: los hantavirus pulmonares en la primera y los virus de la gripe en la segunda. En segundo lugar, en ambas novelas se incluye la manipulación genética de un virus como parte de la trama literaria. La polémica en curso en torno a la censura de la publicación del trabajo de dos grupos de investigación, que han logrado recientemente crear sendas cepas de virus de la gripe aviar muy probablemente capaces de transmitirse eficazmente entre las personas por la vía respiratoria, ha venido hoy a trasladar ese asunto desde el mundo de la ficción al de la realidad. En ¿Alerta Pandémica? eso es sólo una parte menor de la novela, pero en Amaroncachi es la novela misma. Por lo demás, la experiencia de escribir una y otra fue para mí muy distinta, y no sabría decirte realmente con cuál de las dos disfruté más o cuál de ellas me parece mejor. Tal vez, por decir algo útil, en Amaroncachi hay más vivencia y más pasión, y en ¿Alerta Pandémica?, más reflexión.

3.      ¿Qué es la Ficción Científica y cómo diferenciarla de la Ciencia Ficción clásica?
Bajo el paraguas de la ciencia-ficción se acogen cosas muy diversas, incluyendo a menudo la fantasía pura y dura. La ficción científica separa de todo lo demás aquello que se fundamenta bien en el conocimiento científico y que tiene, por consiguiente, algún viso de realidad. Como lector, no me disgusta en absoluto la fantasía, todo lo contrario. Pero como escritor, lo que a mí me interesa más, por el momento, es esa ficción que puede –o que podría en algún momento- aproximarse a la realidad, en eso soy fiel a esa frase de Mark Twain que dice que la diferencia entre ficción y realidad es que la primera tiene que resultar creíble. Obviamente, eso sólo puede lograrse si se disponen de conocimientos suficientes sobre las cuestiones que se plantean, y es por eso que mis historias han girado hasta ahora en torno a los virus. Proporcionar esa credibilidad a la historia que se cuenta, por ejemplo, en Amaroncachi me supuso muchas horas de estudio y de reflexión. En ese sentido, pienso que mis novelas de ficción científica cuentan, en relación a muchas otras, con la virtud de haber sido escritas por alguien que es especialista en los temas que se tratan, y que eso quizá las haga mejores que otras. Además, para los lectores hispanohablantes, presentan la ventaja de haber sido escritas directamente en castellano, lo que no es frecuente en este género.

4.      Para muchos escritores dar título a su obra es un momento crítico, ¿cómo llegaste al tuyo?
La idea de escribir esta novela surgió cuando me vi profesionalmente involucrado en el análisis del brote epidémico de gripe del año 2009 y en la evaluación de la situación que desembocó finalmente en la declaración de la alerta pandémica. Por lo tanto, lo esencial del título de la novela estuvo ya ahí desde el principio. Luego, a medida que fui acumulando información y reflexionando sobre ella, surgieron los signos de interrogación. Comprendo que titular una novela con un interrogante no es habitual y puede resultar chocante, pero esos signos se me hicieron absolutamente necesarios en este caso, no es casualidad ni capricho que estén ahí.

5.      Según el plan de preparación global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante una posible pandemia de gripe, existen seis fases de alerta. ¿Se violo alguna de estas fases en tu novela?
Por muchas razones – y pienso que todas muy sensatas- yo he querido dejar muy claro en todas partes que mi novela es sólo una obra de ficción, que no pretendo en absoluto presentarla como una obra de denuncia de nada que haya sucedido. Por eso utilizo nombres imaginarios para las instituciones que aparecen en ella y me invento también otras cosas. En ¿Alerta Pandémica?, esas fases que mencionas no son seis, sino ocho. La novela se centra en las circunstancias que permiten situar las cosas en el nivel 8 de alerta, que tendría su paralelismo en la realidad en el nivel 6 que establecen los documentos de la OMS. Sin embargo, todo lo que se cuenta en la novela sobre los cambios realizados en esos documentos coincide con la realidad; es decir, con los cambios que realmente se introdujeron en los documentos reales, que ya llevaban algunos años estudiándose y que entraron en vigor cuando ya se había detectado la aparición del nuevo virus H1N1 en Méjico. La clave de la cuestión reside, precisamente, en que ni en la novela ni en la realidad se viola ninguna norma vigente cuando se declara la pandemia, ya que se hace después de haber puesto en vigor los cambios que permiten que la declaración quede perfectamente de acuerdo con las normas.

6.       Insistes en todo tu libro, desde el prólogo hasta los agradecimientos que se trata de una ficción. ¿Por qué no logro creerte?
Para mí, una obra de denuncia es una cosa muy seria que debe fundamentarse en las pruebas acumuladas a lo largo de una investigación rigurosa. Yo no he llevado a cabo tal investigación ni poseo tales pruebas, y sería por tanto muy irresponsable –y tal vez incluso delictivo- por mi parte pretender denunciar nada. No obstante, algunas de las circunstancias que se concretan en la novela se corresponden perfectamente con hechos reales, y es quizás eso lo que pueda mover al lector a no creerme por completo cuando le digo y le aseguro que lo que ha leído es ficción. Algunos textos de los documentos de la OMS se cambiaron exactamente en el sentido que se describe en la novela. Todo lo que se cuenta sobre las características del virus pandémico, y sobre sus semejanzas con ciertos virus gripales detectados previamente en los Estados Unidos, responde a la realidad. Los datos sobre la evolución de la pandemia y sobre su mortalidad asociada son reales, y los que se mencionan sobre la evolución de las ventas del Fluriol se corresponden exactamente con los disponibles para un antiviral real cuyo nombre no voy a mencionar. También es real todo lo que se dice sobre la eficacia de los antivirales y de las vacunas frente a la gripe, y son también reales los datos sobre la cobertura vacunal alcanzada en España en 2009 y sobre cuál era aquí la situación del brote epidémico cuando pudo comenzarse finalmente la campaña de vacunación.
Es, además, completamente cierto que se produjeron dos investigaciones parlamentarias sobre este asunto -una en Holanda y otra en el Consejo de Europa-, y que una de ellas derivó en el cese de un reputado virólogo europeo como asesor del ministerio de salud de un importante país de la Unión. Por último, también es cierto que los medios de comunicación mostraron un extraño desinterés por esas dos investigaciones, si se considera que todos habían mantenido la pandemia en primera página durante meses. Excepto la última, todas las notas de prensa que encabezan la tercera parte de la novela se corresponden textualmente con notas publicadas por diferentes medios en las mismas fechas, cambiando sólo lo necesario para encajarlas en la novela y atribuyéndolas a otros medios de comunicación diferentes de los reales. La bibliografía que se aporta al final de la novela respalda buena parte de todo esto que digo.
La novela es, en definitiva, una ficción montada en torno a una realidad, pero es ficción.

7.      Desde los tiempos de Ronald Reagan (y aún antes) se habla de un gobierno detrás del gobierno. Verdaderos señores del mundo: ¿hay algo de cierto en esto?
Personalmente, pienso que las cosas son -no sé bien si por suerte o por desgracia-mucho más complejas que eso. Es obvio que el poder de los gobiernos es hoy día más limitado que antaño, pero dudo que esas limitaciones las establezca ningún “sanedrín” que opere en la sombra y que acuerde las decisiones. El entramado de los intereses económicos es en la actualidad -pienso yo- demasiado complejo como para eso, y me parece que las presiones sobre los gobiernos responden más a dinámicas de naturaleza caótica que a ocultas y turbias planificaciones. Creo que los sucesos de los últimos años nos enseñan que la sociedad funciona según lo que físicos y matemáticos definen como “sistemas complejos”, cuya caótica y azarosa dinámica pulveriza cualquier intento de predecir su comportamiento. En realidad, esto es así porque así es, y así se comporta, la Naturaleza, y nosotros no somos más que una parte integrante de ella. Los seres humanos no somos “diferentes”. Lo “artificial” es un mito, no existe. Sólo existe esa Naturaleza que incluye en sí, sin excepción, todas nuestras obras, todas nuestras emociones y todos nuestros comportamientos, y que nos somete en todo momento a sus leyes.

8.      ¿Quiénes mueven los hilos de las pandemias? ¿Quiénes se benefician?
La palabra “pandemia” carece de un significado consensuado. Sólo en el caso de la gripe existe una definición que permite delimitar con objetividad cuándo una determinada situación epidemiológica entra en la consideración de pandemia. En ese sentido, la pandemia gripal declarada en 2009 cumplió todos los requisitos exigidos en los documentos aplicables, por lo que la declaración fue formalmente correcta, otra cosa es juzgar si lo que establecen esos documentos es o no acertado. A la vista de lo sucedido, yo pienso que no lo es, y que los cambios que se introdujeron en su día en ellos -que fueron claves para que aquélla situación pudiese ser calificada como pandemia gripal- debieran eliminarse, restaurando los textos anteriores al cambio. Por lo demás, no hay nadie, en principio, que se beneficie de la declaración de una pandemia, aunque sí puede haber quienes lo hagan en cada caso concreto. La industria farmacéutica es siempre el sospechoso más probable, pero puede haber otros muy diversos. Por poner un ejemplo, estoy seguro de que los turistas que no pasaron sus vacaciones en la Riviera Maya en 2009 las pasaron en otros sitios, y que el perjuicio que ello causó en Méjico se tradujo en inesperados –y muy bienvenidos- beneficios para otros que fueron completamente ajenos a la cuestión.

9.      Peste Negra (siglo XVI), Gripe Española (1918- 1919), Sida (1980), Síndrome de las vacas locas (1990), A-H1N1 (2009) para mencionar solo algunas. ¿Responden a algún ciclo? o ¿Evolucionan según las técnicas de manipulación genética?
Me remito a mi comentario anterior sobre la naturaleza caótica y azarosa de los sucesos que tienen que ver con la Vida. Los agentes infecciosos, como cualquier otro ser vivo, no hacen sino aprovechar las oportunidades que se les presentan para incrementar sus opciones de supervivencia, y las circunstancias que terminan por generar esas oportunidades son diversas y muy complejas. Si dispusiésemos de espacio suficiente, podríamos entrar en el análisis de las que condujeron a cada una de las situaciones que mencionas, pero me temo que sería un ejercicio tan interesante como largo. Desde luego, lo que sí puedo asegurarte es que no existe el más mínimo indicio de que la manipulación genética haya tenido algo que ver con ninguna de ellas. Los cambios genéticos sí, pero resulta que es ese, precisamente, el motor principal de la Vida, el que mueve la evolución.

10.  ¿Algún nuevo proyecto literario? ¿Nos adelantas algo a tus lectores?
¡Naturalmente!, lo hago encantado. Ando a vueltas con un suceso que se produjo durante el último tercio del siglo XIX entre los trabajadores de un astillero de la ciudad alemana de Bremen, se trata del primer brote epidémico de hepatitis B científicamente documentado en la historia de la Medicina. Las circunstancias políticas y geoestratégicas del momento eran muy interesantes, lo suficiente como para que -en la imaginativa mente de un novelista- aquélla epidemia pudiese haber respondido a circunstancias… digamos “provocadas”. Además, el momento histórico sería el adecuado para hacer entrar en acción a un personaje muy especial que se conoció años más tarde como “G”, el primer “G” de una serie ya famosa. Aún no estoy completamente seguro, tengo por delante bastantes horas de estudio, pero tal vez pueda haber ahí una buena novela, ya veremos.
¡Gracias José Manuel Echevarría por tus francas respuestas! Y por implicarte tanto en esta entrevista. En nombre de todos tus lectores –e invito a los que aún no lo son- te doy las gracias.


Sobre el Autor: José Manuel Echevarría Mayo (Madrid, 1953) es licenciado en Ciencias Químicas y doctor en Farmacia por la Universidad Complutense, y posee la titulación de especialista en Microbiología y Parasitología. Es socio fundador de la Sociedad Española de Virología y de la Sociedad Europea de Virología Clínica, y ostenta actualmente la jefatura del Área de Virología en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III. Es autor en más de 200 artículos publicados en revistas científicas y en otras publicaciones especializadas, incluyendo algunos de neto carácter divulgativo. También ha publicado en el campo de la Entomología, una de sus grandes aficiones. Su actividad como escritor de ficción no se inició, sin embargo, hasta 2007, con Amaroncachi, el agua de la anaconda, su primera novela. Lector asiduo de narrativa, su formación y su afición lo llevaron desde el principio a decantarse por la ficción científica, género tradicionalmente poco cultivado en lengua castellana, pero de notable éxito internacional. Con ¿Alerta Pandémica?, su segunda novela, se afianza en dicho género, al tiempo que sigue los magistrales pasos del polémico y malogrado Michael Crichton.


¿ALERTA PANDÉMICA? de José Manuel Echevarría








Título: ¿Alerta Pandémica?
Autor: José Manuel Echevarría
Editorial: Meteorα
Págs: 288
Precio: 19,00 €



̶ No, no, no ha sido eso –negó Vicente-. En realidad, la campaña de vacunación ha sido un fracaso, aún no se ha llegado a administrar en España ni un veinte por ciento de las dosis previstas. Además, ahora sabemos bien que se comenzó a vacunar cuando la epidemia estaba terminando. Es obvio que no tiene sentido continuar vacunando, porque ya no hay gripe.
̶ Vaya, pues parece que alguien se equivocó mucho al evaluar la situación, a no ser que haya habido muchos muertos –concluyó ella-. ¿Sabemos algo de eso?
¿Alerta Pandémica? de José Manuel Echevarría.


Basta ya de rostros sin nombre, de oscuras sectas más o menos conocidas. ¿Alerta Pandémica? se declara a sí misma desde un principio como una ficción y esta es la primera trampa a la que nos somete. Pero al contario que otras reseñas –siempre impersonales-, tenemos al propio escritor que, por una vez, nos revela algunos secretos de su novela… amigo José Manuel Echevarría, tiene usted la palabra:
Esta novela es una ficción que surge de la experiencia de la realidad en general y de una realidad en concreto. De la realidad general en la que nos vemos inmersos cada día cuando se nos somete a ese bombardeo de historias que, reclamando nuestra atención y nuestra aprobación, hemos de evaluar a partir de muy pocos datos. También de una realidad concreta que, hace ahora casi tres años, mantuvo en vilo a la opinión pública durante muchos meses. ¿Mi intención?: hacer ver al lector que, en esta sociedad de la información que disfrutamos y sufrimos, sólo quienes se esfuercen en formarse un criterio propio sobre las historias que nos cuentan podrán acercarse a la condición de ciudadanos libres. El conocimiento nos hace libres; la ignorancia, esclavos.”
¿Alerta Pandémica? No es solo un viaje geográfico –Guatemala, Shangai, París o Valencia-, es una marcha a través de las oficinas, laboratorios y agencias del control global de virus. Donde el enemigo no es la gripe[1] si no las ansias de enriquecimiento de una firma farmacéutica.
La novela juega con un hecho ¿real?, que alienta nuestra percepción de la realidad y nos descubre otro mundo entre las noticias de la prensa, los telediarios y el cotilleo cotidiano y nos golpea recordándonos que hay mundo donde las finanzas y las colocación de un producto son más importantes que llanto de una madre que ya no escucha a sus hijos.
 “En ¿Alerta Pandémica?, el organismo internacional que vigila la Salud Pública mundial es objeto de una manipulación, planificada y desarrollada a lo largo de varios años, que persigue incrementar las ventas de un fármaco antiviral aprobado para el tratamiento de la gripe. Como última consecuencia de esa intriga, se termina por declarar una alerta pandémica de gripe y se disparan los mecanismos de actuación previstos en esos casos. Mientras los gobiernos invierten dinero público en preparase para enfrentar el problema -lo que incluye la compra de grandes cantidades de ese antiviral-, mucha gente sencilla pierde su negocio y ve su vida arruinada a consecuencia de las medidas que se toman para controlar la epidemia. La comunidad científica ha contribuido a justificar esa alerta, pero pronto comienzan a surgir dudas y a brotar opiniones discrepantes entre los expertos. De la mano de esos “herejes” que se oponen a la versión oficial, algunas mentes independientes del mundo de la política y del de los medios de comunicación cooperan para poner al descubierto la trama de intereses que se esconde detrás. En el paisaje de la historia, seres humanos que movidos por el interés, el peso de la responsabilidad, la ambición, el afán de prestigio, la necesidad, la compasión o el amor se involucran de una u otra forma en su entramado. Y llegado a su final, el lector encuentra uno de esos maravillosos objetos que hacen posible que nosotros, los ciudadanos de la sociedad moderna, podamos ser, si de verdad queremos, más sabios y más libres: un libro.”
¿Héroes? Si, pero no ese tipo de mirada impávida y una frase contundente en el momento apropiado, uno de esos a los que tanto nos tiene acostumbrado la novela de acción anglosajona. José Manuel Echevarría les llama “herejes” hombres y mujeres como usted y yo que se niegan a seguir el juego. Y como toda acción dramática necesita a un villano: Tenemos a los “expertos” seres que ocultan sus verdaderos propósitos tras la apariencia de consultores cuya única preocupación es la salud del prójimo.
Al final de la novela -quizás por simpatía didáctica- el autor nos ofrece una serie de lecturas cuyo objetivo final conocer más profundamente el desarrollo no sólo de un virus que ya se le citaba desde los de Hipócrates hace unos 2.400 años.
Pocas veces un autor se ha acercado tanto a su público y por una vez esas barreras se han roto. ¿Alerta Pandémica? una novela –dentro de la novela- nos deja ese delicioso sabor de seguir las pistas de un misterio… ¿resuelto?


[1] Las palabras gripe y gripa proceden de la francesa grippe (procedente del suizo-alemán grupi (acurrucarse), mientras que influenza procede del italiano.

lunes, 27 de febrero de 2012

EL EXPERIMENTO de Sebastián Fitzek




Título: El Experimento
Autor: Sebastián Fitzek
Título original: Der Seelenbrecher
Traductor: Noelia Lorente
Editorial: Editorial Planeta
Colección: Booket
Cantidad de páginas: 304 páginas
Precio: 8,95 €





̶ Empieza el experimento. Por favor, abran
el expediente clínico por la página seis.
El Experimento de Sebastián Fitzek.

La mansión Teufelsberg es una de esas edificaciones con personalidad construida a partir de las ruinas de las casas bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial, casino de los oficiales de inteligencia norteamericanos, hasta que se reformó como un lujoso y apartado hospital dedicado a los trastornos psicosomáticos. Un día empezaron a desaparecer una serie de mujeres  –y lo que más desconcertó a los especialistas-,  con síntomas de haber padecido más allá de lo físico. Es por ello que al asesino comenzó a conocérsele como El Destructor de Almas.
El Destructor de Almas ¿Un expediente médico? ¿Una novela? Incluso la ficción se hace sospechosa cuando un grupo de estudiantes se encierran en la casa Teufelsberg -ahora medio abandonado para convivir con Caspar un paciente amnésico y Linus músico extravagante que se ha inventado su propia lengua-, cuyo único propósito es leer el expediente médico nº 131071/VL. Una borrasca ha cortado todas las comunicaciones y la sombra de un asesino convierte lo que pudo ser una prometedora velada en un infierno.
Sebastián Fitzek un verdadero mago del suspense nos va dando pistas que nos sumergen lentamente en víctimas de su universo. El horror ha entrado en la clínica Teufelsberg y no se irá de la misma forma que vino.


Sebastián Fitzek


Sobre el autor: Sebastián Fitzek (Berlín, 1971) Trabajo en la dirección del programa de la estación de radio de Berlín 104.6 RTL. Estudió derecho hasta el primer examen estatal, recibió su doctorado en derecho de autor y luego trabajó como editor y director del programa de varias estaciones de radio en Alemania.
Desde 2006, escribe Fitzek thriller psicológico, todos los cuales fueron éxitos de venta. Su primera novela La terapia fue publicada en julio de 2006 por Nabu Press. Los derechos cinematográficos del libro fueron comprados por Odeon Film AG. En 2007, La terapia fue candidata al premio Friedrich Glauser.
Entre sus otras obras que tratan el Psychothriller: El niño (2008), La trituradora de almas (2008), Los ojos de los coleccionistas (2010), PD: Te voy a matar (2010), Los ojos de los cazadores (2011), El último recurso (cuento, 2011).
Ha sido traducido a más de veinte idiomas. Y es uno de los pocos escritores alemanes que hoy publica en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Mantiene residencia en su ciudad natal.

Herederos de la Alquimia. Entrevista a David Mateo en enero-febrero 2011

Comenzaremos el repaso de lo más destacado publicado en la Revista Digital miNatura, con la entrevista que le hicimos a David Mateo tras el lanzamiento de su novela Herederos de la Alquimia, y que presentó en Castellón dentro de los actos del FANTASTI’CS 10, en noviembre de 2010 en la Librería Argot. Fue publicada en el dossier Philip K. Dick, número 107 del miNatura (enero/febrero de 2011).

Firma de ejemplares FANTASTI'CS 10 (Castellón) ©CRSignes2010


Entrevista a David Mateo

Philip K. Dick le preguntó a un amigo qué pensaba hacer al terminar el colegio le dijo: «Voy a ser pirata». ¿Qué quería ser David Mateo?.

Sin duda alguna, Dick era un tipo inteligente. A mí me hubiera gustado ser un poco como Bastián Baltasar, el protagonista de «La historia interminable», y entrar en un cuento de fantasía para volar a lomos de Fujur y tener mi propia Emperatriz de ensueño. Al final, te das cuenta de que nada de eso es posible y tratas de llevar al límite tus fantasías de la única manera en que puede hacerse: escribiendo.

¿Quién es Tobías Grumm?

Originalmente era un gnomo de un libro infantil que me llevaba entre manos. A Jorge Ruíz Morales, mi primer editor, le gustó y decidió que ese sería mi nombre de guerra en la saga de «La tierra del dragón». Eran otros tiempos. No se publicaban a tantos autores españoles y parece ser que tener un pseudónimo anglosajón era garantía de ventas. Por suerte, los tiempos han cambiado y Tobías Grumm vuelve a ser el gnomo que pululaba por mi cuento.

¿Te consideras un autor de método o eres de los que permiten que tus personajes  anden a la desbandada?

¡Horror! Un personaje jamás puede tener libre albedrío en mis historias. Debe de dar la sensación ante el lector que toma sus decisiones libremente, pero creo que el autor debe de mantenerlo bien sujeto con la correa. Soy un escritor de método que intenta dejar el mínimo espacio a la improvisación. Me da vértigo llegar a un punto ciego de la novela y no saber continuar.

¿Qué es la Pentapolis?

Son las cinco ciudades malditas del antiguo testamento. Según el capítulo 14 del Libro del Génesis, estas ciudades se enfrentaron a los pueblos del Éufrates y sus reyezuelos acabaron sepultados en los pozos de betún. Más tarde, Lot y su familia, tras ser avisados por el ángel, huyeron hacia Soar mientras Yahvé desataba su ira divina sobre la Pentápolis. Tras leer este fragmento bíblico, me pareció un escenario muy sugerente para situar parte de la acción de «Heredero de la alquimia». Obviamente, la historia no sigue a pies juntillas la historia que se nos cuenta en el Antiguo Testamento, pero la ambientación de Sodoma y Gomorra está muy presente.

Javier negrete (en su comentario a tu libro) afirma: “… No había disfrutado tanto de la combinación de historia legendaria, magia y fantasía desde los relatos de Conan” ¿te consideras un seguidor de Robert E. Howard?

Sí, por supuesto, creo que todo seguidor de la literatura fantástica debe tener muy presente a Howard, tan presente como se tiene a Tolkien, a Moorcock o a Leiber. Howard es todo un personaje a seguir, pues más allá del universo de Conan, tenemos a otros héroes interesantísimos como Solomon Kane, Kull de Valusia o el mercenario germánico Gottfried Von Kalmbach, que tuvo la suerte de cruzarse con otro de los mitos vivientes de Howard: Sonya la Roja. Creo que la imaginería de Howard no tenía límites y, hoy por hoy, es el mayor exponente del subgénero espada y brujería.

Heredero de la Alquimia  es una novela llena de imágenes sugerentes, muy grafica ¿Te gustaría que fuera llevada al cómic?

Por supuesto… ¡cómo no! Aunque también es cierto que llevo tantos proyectos literarios entre manos que me sería imposible guionizarlo. Me encantaría que el trabajo cayera en manos de otras personas y poder sumergirme en un mundo que yo mismo he creado. Sería curioso.

¿Con que autores y obras te has sentido más influenciado en la creación de Herederos de la Alquimia?

Supongo que hay una mezcla de todo. Para mí, Javier Negrete es, hoy por hoy, el mejor autor de fantasía épica nacional. Su estilo directo y ameno sirve de acicate para que sus novelas fluyan con muchísimo vigor. «Rihla» de Juan Miguel Aguilera, me influyó también. No en vano, la novela tiene varios guiños a este autor. Pero al final, conforme vas creciendo como escritor, dejas de mirar a otros, y te concentras en el trabajo que llevas entre manos. La verdad, no soy muy consciente de si se me ve demasiado el plumero a la hora de meter otras voces en mis libros.

Neferet y Akbeth ¿Cómo surgieron?

Hace poco, en una entrevista radiofónica, mi buen amigo Alfonso Merelo me comentaba que muchas de las historias de fantasía están protagonizadas por maestros y pupilos. Y es verdad, yo necesitaba eso para «Heredero» por la historia que iba a contar, necesitaba a una especie de Guillermo de Baskerville que guiase a su correspondiente Adso de Melk, pero en cuanto te pones en la piel de Neferet, te das cuenta de que ella no tiene nada que ver con su homólogo franciscano. Neferet puede ser absorbente como una madre y celosa como una amante. No quiere ser maestra, ni compartir su sabiduría con Akbeth… y eso les lleva a continuos escarceos. Creo que entre ambos existe una relación muy divertida.

¿Cómo has podido escapar a uno de los grandes tópicos del fantástico: acampar, desacampar… ser atacados?

En una novela tan larga como Heredero hay tiempo para acampar, desacampar y ser atacados innumerables veces. Pero sí que es cierto que huyo de los continuos tópicos que amordazan a la literatura fantástica. Quizás sea porque en las quinientas y pico páginas que componen el libro, hay una historia muy importante que se va desmenuzando poco a poco y eso apenas deja tiempo a los topicazos. Sea como sea, a lo largo de la historia hay tiempo para todo: aventuras, persecuciones, batallas y mucha adrenalina.

He tomado esta frase: El miedo, Akbeth. Un miedo ancestral que todas las especies asumen desde su nacimiento. El miedo a la extinción. ¿Se puede considerar Herederos de la Alquimia como una historia de terror?

Hay fragmentos de Heredero que sí que podrían circunscribirse al género más oscuro de la fantasía. No en vano, parte del envoltorio científico que rodea a la historia nace de los fundamentos del alquimista alemán Teofrasto Paracelso y sus escabrosos métodos a la hora de crear homúnculos. Lo cierto es que uno de los mayores terrores de los seres vivos radica en su propia extinción. Y de eso es de lo que trata la novela: de la creación y de la muerte y de las diferentes decisiones que podemos llegar a tomar para subsistir.

Si pudieras crear un casting (nacional e internacional) para llevar Heredero  de la Alquimia al cine ¿A quienes seleccionarías?

Es complicado, porque la mayoría de los personajes nacen de la imaginación y no existen modelos físicos que se les aproximen; lo cual es, a su vez, una suerte, porque cuando un escritor te dice: ‘éste modelo es tal personaje’, cabe la posibilidad de que se venga abajo un mito. Sea como sea, si estás pensando en Neferet (el ochenta por cien de los lectores que han leído el libro acaban quedándose con Neferet), cuando vi la película de 300 y contemplé a Lena Headey haciendo de espartana, no pude evitar pensar que esa sería una buena Neferet.

La portada de Heredero de la Alquimia me ha gustado mucho ¿Tuviste algo que ver en la elección de la portada?

La suerte de trabajar con Ricardo de Ilarion/Dibbuks es que está tan metido en el mundo de la imagen y del cómic, que dio a la primera con la portada adecuada. Parece que el trabajo de Elena Dudina le ha gustado a todo el mundo y eso es mérito del editor.

Una pregunta para cerrar esta entrevista: ¿Estas trabajando en algún nuevo proyecto?

En muchos, la vida del escritor debe ser una constante. En breve aparecerá una novela de zombis titulada «Carne muerta» en la línea Z de Dolmen. Trata de un universo muy parecido al de «Y, el último hombre» —uno de mis comics preferidos—, en el que todos los hombres han muerto y las mujeres tratan de organizarse. Sin embargo, en «Carne muerta» a los hombres no se les ocurre otra idea que «regresar».
Más adelante, en Abril, publicaré con AJEC: «Noches de sal». Es una novela de terror muy personal, ambientada en Valencia, con personajes cercanos y reales que se enfrentan a lo sobrenatural. En ella mato muchos fantasmas, propios y ajenos. Hablo del afecto, del cariño, del arte, de la literatura, aunque también de la soledad, de la oscuridad y del horror. Si todo sale según lo previsto, ambas novelas estarán disponibles para la próxima feria del libro.
También trabajo con varias editoriales vinculadas al circuito de los colegios e institutos y dedicadas al mercado autonómico. Estamos trabajando en sendos proyectos relacionados con la literatura de terror más clásica: vampiros y Lovecraft.
A más largo plazo quedaría una hipotética segunda parte de «Heredero de la alquimia» y una novela a cuatro manos con un buen amigo: Juan de Dios Garduño.

Bueno (sobre que esta sea la última pregunta)  no es totalmente cierto…

¿Señor de los Anillos o las Crónicas de Narnia?

Tolkien maría santísima y sin pecado concebida. En mi opinión, no hay color.

¿Paella o Arroz Tres Delicias?

Paella, por supuesto.

¿Vampiros o zombis?

Esta es más difícil. Haremos un guiño a «Carne muerta» y me quedo con los zombis. Aunque en el fondo todo es carroña resucitada, salvo que a unos los matas con una estaca y a los otros con un tiro en los sesos.

¿Qué personaje de ficción te gustaría ser?

Darth Vader. Murió mayor y el tío se lo pasó de puta madre.

¿La peor novela que has leído?

Cualquier historia de Terry Brooks y de su saga de Shannara.

¿La mejor?

It, de Stephen King.

¿Qué música escuchas?

Cualquiera que pase por el dial cuando enchufo la radio del coche. Viajo mucho por el trabajo.

3D ¿si o no?

Dios mío, no. Salvo Avatar, todos los 3D que he visto son infumables.

¿Superpoder?

¿Vale ser Spiderman?

¿Un sueño que hayas tenido?

Antaño se decía: «Una vez soñé que se acababan las guerras», hoy muchos soñamos con que se acabe la crisis y la gente vuelva a ser feliz y lleve una vida próspera.

Ahora si (de verdad) terminamos. ¡Gracias David Mateo!

Muchísimas gracias a vosotros y a vuestros lectores. Ha sido una entrevista muy divertida.




Portada Herederos de la Alquimia


BIOGRAFÍA LITERARIA
David Mateo (Valencia, 1976) es autor de novelas de género fantástico. Cuenta con seis títulos entre su repertorio: «Nicho de reyes», «El último dragón», «Encrucijada», «Heredero de la alquimia», la novela juvenil «El susurro del bosque» y la recopilación de cuentos «Perversa». Colaborador de la revista de cine «Scifiworld», de las páginas «Fantasymundo» y «JuegosDB» y de
 varios diarios de la Comunidad Valenciana. En el 2009 publica el libro ilustrado «Valencia CF, xé que bo» en el que se realiza una mirada desenfadada y dinámica a los casi cien años de historia de la institución valenciana.

Trabaja como dinamizador sociocultural y gestor de eventos literarios para diversas entidades públicas y privadas. Ha dirigido dos revistas dedicadas a la literatura fantástica y a lo largo del 2011 sus obras comenzarán a ser publicadas en el mercado francés.


domingo, 26 de febrero de 2012

Sobre la Biblioteca del Nostromo



La Biblioteca del Nostromo surge como una prolongación de nuestra sección habitual en la Revista Digital miNatura con la que ampliar la información ofrecida a nuestros lectores sobre diferentes temas: libros, cómic, e-zines, rol que se nos van acumulando y exigen más dedicación en forma de reseñas, entrevistas o un estudio más profundo. Incluida la difusión de novedades editoriales y todo tipo de proyectos relacionados con el género fantástico. Un repaso a lo ya publicado y un avance de que vendrá.
Bienvenidos.

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